1º parte: El albúm ilustrado y la pintura
2º parte: El albúm ilustrado y otros lenguajes artísticos
3º parte: La gracia de la repetición
4º parte: Homenajes. citas y otros juegos
Nada más entrar nos encontramos con un pequeño apartado donde podemos ver y comprar cuentos llenos de ilustraciones. Tras echar un primer vistazo he encontrado un cuento que me ha llamado especialmente la atención, el cuento de "El soldadito de plomo", un cuento en el que no hay palabras, solo hojas con ilustraciones llenas de color, nos cuenta el cuento a través de las imágenes. Otros de los cuentos que me han llamado la atención han sido,
"El oso del abuelo" de Catharine Allison, ilustrado por Neil Red ( EL OSO DEL ABUELO )
"La gran fábrica de las palabras" de Agnés de Lestrade, con ilustraciones de Valeria Docampo
"El cuento de los dos ratones" de Ruth Brown ( EL CUENTO DE LOS DOS RATONES )
Pasado este primer apartado entramos ya en la exposición, una sala amplia llena de ilustracuines llamativas, muchas de ellas sacadas de cuentos que hemos visto anteriormente.
Desde aquí os habro una pequeña ventana para mostraros, más de cerca, algunas de las ilustraciones expuestas en la exposición, cada una de ellas es la imágen de un cuento, debajo de cada una os escribo el título del libro del que han sacado la imágen
El soldadito de plomo
La vuelta al mundo de Muk
El museo de Babar
He tenido la suerte de poder visitar los tres salones que se han llevado a cabo en Alicante, en 2006, 2007 y 2010. El mejor de los tres, a mi parecer, fué el primero, el de 2006. El de 2010 se dedica a los niños de 6 a 12 años, mientras que en el primero habia más variedad de actos y actividades, entre ellos cuentacuentos, que estaba dirigido tanto a niños de estas edades como a los más menudos, de 3 a 5 años o incluso menos. Otra de las diferencias entre el I y el III salón es que en el primero nada más entrar en la sala veías numerosos muñecos adornando las paredes, llamando tu atención en cada uno de los rincones, también podíamos ver una mesa enorme saliendo de la pared, llena de platos y en cada plato un cuento. Lo mejor fue la ballena del cuento de Pinocho en la que podías entrar.
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